jueves, 28 de abril de 2011

El arte de hacer el silencio

No importa lo ruidoso que sea nuestro ambiente diario, todos somos capaces de diseñar un espacio propio que sea silencioso. El moverse con sigilo no te permite solamente dominar tus propios movimientos, sino que mejora tu habilidad para observar el mundo a tu alrededor: similar a cuando eres capaz de escuchar solo cuando no estás hablando. Esta observación mejorada nos permite encontrar la armonía con nuestro entorno, lo que a cambio nos ayuda a movernos con gracilidad y facilidad.

Y los beneficios del silencio van más allá del plano físico. Te darás cuenta de que, según progresas en tus entrenamientos sigilosos, la inacabable conversación en tu mente comienza a pasar a un segundo plano, permitiendo que una buena concentración pase a primer plano. Verás que te liberas de cualquier distracción, interna y externa, y eres libre para moverte.

Deja a los demás que hagan ruido. Nosotros podemos aprender a hacer el silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario